Mi enfoque

La forma en la que decodifico la astrología como lenguaje simbólico y la manera en la que lo incluyo en mi trabajo tiene muy presentes los pilares del coaching humanista y conceptos clave de la psicología junguiana.

Es decir, mi práctica se nutre en gran medida de estas dos disciplinas que me apasionan. Además, ambas, junto con la astrología tienen como nexo común la dimensión transpersonal, fundamental para cualquier trabajo profundo en uno mismo.

La dimensión transpersonal

El término transpersonal significa `más alla de lo personal´. Por lo tanto, lo transpersonal abarca todas las esferas del ser incluyendo la personal y lo que la trasciende o atraviesa: cuerpo, emoción, mente consciente e inconsciente, alma y espíritu. No solo incluye la dimensión individual del ser sino también la dimensión colectiva, el mundo que nos rodea y lo que va más allá y no podemos ver pero quizás sí sentir o intuir.

La genética, el ambiente y las experiencias vividas dentro de un contexto cultural, familiar y educativo particular, especialmente hasta los 10-12 años, y más importante aún, nuestra percepción de todo ello, también forman parte del ser.

Más tarde o más temprano, especialmente cuando hay un dolor profundo, malestar o sensación de estancamiento que nos está impidiendo avanzar o encontrar una dirección por la que seguir caminando, “surge la llamada” a realizar un trabajo profundo que nos permita conectar con todas estas dimensiones del ser y poder hallar una comprensión más abarcativa de nosotros mismos, nuestras vivencias y el mundo que nos rodea.

Si nos quedamos solamente en modificar un comportamiento o en sustituir un pensamiento limitante por uno más constructivo y empoderador , esto se va a quedar un poco cojo. Solo cuando se trabaja en las capas más profundas del ser se puede llegar a resultados más transformadores y sostenibles en el tiempo.

Este enfoque transpersonal requiere de herramientas potentes para llegar a las capas más profundas y por ello es muy apropiado el uso de visualizaciones, meditaciones, metáforas, distintos tipos de arte, el trabajo con arquetipos y símbolos en cualquier acompañamiento que parta de este enfoque.

“La astrología no es una cuestión de causa-efecto. Funciona en sincronía con el universo. Tú eres el universo”,

José Antonio Millán

La astrología, lenguaje sagrado presente en todas las grandes civilizaciones desde tiempos inmemoriales, nos va a permitir acercarnos de una forma compasiva y amorosa a todas las partes que nos conforman: nuestro lenguaje emocional, sistema de creencias y de pensamiento, motivaciones vitales, el nivel de proximidad entre nuestras polaridades femenina y masculina, contradicciones, fortalezas, debilidades, automatismos interiorizados, mecanismos de defensa...

También nos va a guiar para poder llevar la atención a aquellas partes nuestras rechazadas o ignoradas e incluso a recursos internos, muchas veces ocultos también en la sombra, donde hay dones, talentos y un potencial esperando a ser descubierto y reconocido. Recordar quienes somos implica también recuperar esas partes nuestras olvidadas y desterradas o no reconocidas.

La astrología, un lenguaje sagrado

Desarrollar la conciencia de observador implica también  desapegarte de tu historia, lo que te va a permitir ver el panorama completo con mayor claridad.

Esta claridad interna que ocurre cuando te abres a mirarte con honestidad, es la llave maestra para acceder a todos esos recursos internos que posees y que te permitirán desbloquear el camino cada vez que te sientas fuera de lugar o atascada, empoderándote para realizar los ajustes que tocan o que tienen sentido para ti en cada momento de tu vida. Algunas veces serán pequeños ajustes y otras veces cambios más significativos.

Cuando eres capaz de observar, como si te estuvieras mirando en un espejo, todo lo que te habita, cómo lo gestionas en tu interior y cómo esto influye en tu exterior, tu visión sobre ti mism@ se amplia.

Por otro lado, cuanta más conciencia vas tomando de todos tus matices y de dónde vienen, mayor es también tu capacidad para observar los diferentes matices en los demás. Comprendes, aceptas, dejas de tomarte las cosas de forma personal, te vuelves más tolerante, no juzgas y no esperas que cambien o que sean como tú crees que deberían ser.

Al mismo tiempo, puedes elegir mejor con quién te relacionas, a quién le dedicas tu tiempo y energía y con quién realmente merece la pena abrirse a establecer conexiones más profundas.

La astrología nos permite llegar a todos estos matices mucho más rápido porque nos proporciona un mapa.

Contar con este mapa sería algo así como entrar en una cueva oscura con una linterna en lugar de sin ella lo que nos permite poner foco en donde tiene sentido ponerlo a cada paso con un orden y una precisión sorprendentes y también encontrar la salida más ágilmente cuando nos perdemos.

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